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28/5/12

LA ROSA. CUENTO.




La rosa en su abatimiento y tristeza marchita se creía .Luchando por mantenerse firme y exhalando su tenue pero amoroso perfume, esperando del Cielo que alguien al pasear por el jardín se fijase en ella.
Un día, de improvisto,  vio  venir un caballero hacia ella. Se paró, olió su perfume, la besó y se fue. La rosa se quedó primero desconcertada ¿Qué me ha ocurrido se decía? Es posible que alguien por fin se pare para mirarme, olerme, besarme.
A partir de ese día Rosa con todos sus pétalos en asamblea concentraron su atención anaquel acontecimiento.
En su memoria de flor recordaba como siendo un capullo sintió lo mismo cuando se enamoró.
Rosa amó y fue amada….       
Como el cambio es la ley que todo lo marca devino con el tiempo en un estado que preocupadas estaban todas las flores. Estaba tan llena de alegría que gozaba contando a sus amigas las flores lo ocurrido. Estas lo celebraban y se alegraban con ella.
Geranio sabía que Rosa algunas noches miraba al  Cielo a las Estrellas cuando nadie la veía y lloraba.
Begonia sabia que era buena hacía lo posible por mantener su aroma para perfumar el parque.
Madreselva sabía de su sufrimiento, sabía que  Rosa rezaba.
Todos los cactus empezaron a decirle lo guapa que estaba Rosa se sorprendía.
Rosa era una flor sabia.
Entendía que el AMOR era la Fuente de todo.
 Entendía que todas las flores tenían sus ciclos, su frescura, su madurez, y su evanescencia. Las flores son tan bellas que no mueren,  se transforman en un proceso que desde fuera es marchitarse, desde lo Invisible revestirse de sus mejores colores.
Hortensia y Dalia fueron para hablar con ella “Pasó un caballero para recordarte con su gesto que eres bella”.”El Universo demanda de ti tus dones, color, aroma, esplendor, entereza.”
Gracias amigos todos. Por vuestros afectos y vuestras palabras.
Estoy en mí serena madurez florecida en Rosa.
Solo mi corazón guarda el sentimiento que se generó por el contacto, la mirada, y  el beso que el caballero desencadenó sin saber el deseo de Rosa de sentirse amada.
Mis lágrimas cayeron al suelo a la Tierra, supliqué a mi Madre que no me deje tan sola.
Y yo Rosa contemplo, desde la serenidad, abriéndome al Infinito y pidiendo fortaleza para perfumar hasta  el último de mis días, con Amor.   



                                                                                                                                                                                                                                                                                                   

Lhasa 22/07/10.                     

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